Lorenzo Alfonso Morán

Nació en Asturias. Volvió a España en 1957.

Los tres primeros años que pasamos en la URSS estábamos separados de la realidad, vivíamos en una posición privilegiada. Pero lo cierto es que no todos tuvieron suerte. Por poner un ejemplo, había pilotos y marineros que se quedaron allí. Aquí en España la guerra acabó y los barcos se quedaron en Odessa. Ellos querían volver pero no se lo permitieron, se les dio muy mal trato, muchos fueron reprimidos.

Lorenzo Alfonso Morán

Nació en Asturias. Volvió a España en 1957.

Los tres primeros años que pasamos en la URSS estábamos separados de la realidad, vivíamos en una posición privilegiada. Pero lo cierto es que no todos tuvieron suerte. Por poner un ejemplo, había pilotos y marineros que se quedaron allí. Aquí en España la guerra acabó y los barcos se quedaron en Odessa. Ellos querían volver pero no se lo permitieron, se les dio muy mal trato, muchos fueron reprimidos.

Los primeros años en la URSS tras la guerra tuve un trabajo muy duro. Esto fue en Donbass, donde se encontraban los presos recién liberados, ellos eran la mano de obra. Recuerdo que íbamos a trabajar y no sabíamos cuándo saldríamos de allí. En una ocasión estuve trabajando 11 días, de día y de noche. Nos turnábamos tres personas, pero uno enfermó y al otro lo encarcelaron.
Volví en el grupo de los primeros, en 1957. Al principio me recibieron muy bien pero luego la convivencia con los familiares resultó complicada. Me dieron trabajo dos meses después, un buen trabajo. Considero que los cinco primeros años tras volver a España fueron los mejores.
Pero después, en 1962 me echaron de España. Hubo una huelga en la que participábamos, teníamos una fuerte actividad política. A decir verdad, también cometimos muchas estupideces.
Pero después, en 1962 me echaron de España. Hubo una huelga en la que participábamos, teníamos una fuerte actividad política. A decir verdad, también cometimos muchas estupideces.
A menudo nos complicábamos la vida nosotros mismos. Por supuesto que cada uno tiene su propia historia pero considero que en la década de los 50 cualquiera podía encontrar trabajo. A muchos les ofrecían un empleo y ellos se negaban diciendo "No quiero este trabajo, quiero otro." Pero todos los que querían trabajar encontraban empleo. Cuando volvimos hubo un acuerdo entre la Cruz Roja española y la Cruz Roja de la URSS en cuanto a la repatriación, todos debíamos obtener un empleo y una casa. La fábrica donde trabajaba me concedió un piso. Aquellos que durante la URSS pedían ayuda al Concilio Central de los Sindicatos de la Unión y a la Cruz Roja se la concedían aquí tambien.
Cuando volví aquí, a España, me dieron total libertad en el trabajo. Montamos un alto horno en el que yo era el jefe.
Cuando volví aquí, a España, me dieron total libertad en el trabajo. Montamos un alto horno en el que yo era el jefe.
No aceptaban mi diploma, pero pude demostrar que era ingeniero porque estaba claro que conocía el trabajo. Pero en la URSS era distinto, tenía que trabajar aunque no estuviese conforme. En la URSS no siempre estaba contento con mi empleo.
¿De qué nacionalidad consideramos que somos? No se puede decir que nos sintamos plenamente españoles. A la mayoría de los españoles les gustan los bares, por ejemplo y yo no los aguanto. Hay algo que no encaja. En España la gente en el trabajo me trataba diferente que al resto. Me llamaban el "ingeniero ruso". Pero en Rusia también me trataban diferente que a los suyos.
¿De qué nacionalidad consideramos que somos? No se puede decir que nos sintamos plenamente españoles. A la mayoría de los españoles les gustan los bares, por ejemplo y yo no los aguanto. Hay algo que no encaja. En España la gente en el trabajo me trataba diferente que al resto. Me llamaban el "ingeniero ruso". Pero en Rusia también me trataban diferente que a los suyos.
Cuando los niños de la guerra nos reunimos hablamos en un nuevo idioma, mitad ruso, mitad español. Por ejemplo, si en ruso "patinar sobre hielo" se dice "katatsia na konkaj", nosotros decimos "konkiar". Cambiamos las palabras a la manera rusa. Mi hijo vive en Moscú, pero mis nietos están aquí. Hablan en ruso por así decirlo, al nivel de andar por casa y solo pueden leer textos impresos, pero no los escritos a mano.
Entrevistas © Anna Grave
Fotos © Mikhail Platonov