Les contaré una anécdota de mi vida. En 1941 nos enviaron a Kukkus, en la región de Saratov, distrito de Engels. Por orden de Stalin echaron de allí a los alemanes que tuvieron que abandonarlo todo: los animales, las aves, los graneros, las casas, todo. Cuando llegamos allí nuestros superiores ordeñaron a las vacas y bebimos leche fresca directamente del cubo. Nuestros chicos atrapaban una gallina, le torcían el cuello, ¡y a la cazuela! Ordeñábamos a tres vacas de las 60 ó 100 que pastaban por allí. Las vacas se iban a pastar a las plantaciones de tabaco y nosotros nos bebíamos su leche. Pasábamos hambre pero en los huertos había de todo, cogías una zanahoria, la limpiabas con un cristal roto y te la comías. Si había una calabaza, aprovechabas las semillas.