Cuando trabajé de voluntaria hubo casos de personas que llegaban diciendo "mi madre me dijo antes de morir: eres española, te adopté de pequeña, busca a los tuyos". Les cambiaron todo, el nombre y los apellidos. Pobre gente, me daban mucha pena. No conservaban ningún dato. Olvidaron sus nombres, olvidaron su idioma. ¿Cómo va a encontrarlos si no sabe quién es? Nosotros no perdimos esos datos, todos sabíamos donde nacimos, cuándo nacimos, cómo nos llamábamos, quiénes eran nuestros padres. Por eso nos sentimos felices de haber llegado a la URSS, donde estaba prohibida la adopción de los niños. Es verdad que algunos desaparecieron durante la guerra, puede que algunos fueran adoptados.