Blanca Argüelles Gutiérrez

Nació en Langreo. Regresó a España en 1956.


Cuando volvimos a España mi hermana murió y mi madre tuvo que cuidar sola a sus dos nietos, uno de ellos tenía seis años y el otro ocho. Te voy a decir una cosa y creo que el 95% de los repatriados opina lo mismo: mi madre es mi madre y yo soy su hija, sé que ella me quería pero para ella eran más importantes los hijos de mi hermana y yo estaba en un segundo plano. Para ella mis sobrinos son como sus hijos y a los míos también los quería pero eran algo secundario. Yo también la quería como a mi madre que era. Mi madre estaba contenta y quería que yo regresara, pero no había una cercanía de madre e hija entre nosotras
.

Blanca Argüelles Gutiérrez

Nació en Langreo. Regresó a España en 1956.


Cuando volvimos a España mi hermana murió y mi madre tuvo que cuidar sola a sus dos nietos, uno de ellos tenía seis años y el otro ocho. Te voy a decir una cosa y creo que el 95% de los repatriados opina lo mismo: mi madre es mi madre y yo soy su hija, sé que ella me quería pero para ella eran más importantes los hijos de mi hermana y yo estaba en un segundo plano. Para ella mis sobrinos son como sus hijos y a los míos también los quería pero eran algo secundario. Yo también la quería como a mi madre que era. Mi madre estaba contenta y quería que yo regresara, pero no había una cercanía de madre e hija entre nosotras
.

Acerca de los primeros años tras el regreso de España
Regresamos en 1956. Me casé con mi marido en la Unión Soviética, él murió hace dieciocho años. Tengo seis hijos: cinco chicos y una chica, tres de ellos nacieron en la URSS y los otros tres en España. Mi marido José Antonio era vasco, de Bilbao. Cuando regresamos mi hijo mayor tenía siete años y el menor cinco. Mi hija nació el 9 de mayo de 1953 y la llamamos Victoria. Mis hijos hablaban en ruso y cuando vinimos a España no hablaban en español, tuvimos que llevarlos al colegio. Era el colegio de la fábrica dónde trabajaba mi marido y todos mis hijos comenzaron a estudiar allí. Tengo grabaciones de vídeo donde hablan el ruso de pequeños.
Nos dieron un apartamento en una pequeña ciudad minera, vivíamos en el primer piso. Por la calle pasaban monjas y les enseñaban a los niños la cruz y los niños la tenían que besar. Mi hija de tres años jugaba en la calle, vio que todos los niños besaban la cruz y también la beso, entonces mi hijo de cinco años que estaba sentado en el alféizar de la ventana y que solo sabía unas pocas palabras en español le gritó: ¡cochina, cochina! ¿ por qué besas la cruz? Todo el mundo la besa, a lo mejor alguien está enfermo y tú también te enfermarás.
No regresé a Madrid sino a una ciudad obrera de mineros. Aquí no hay tanta cultura como en Rusia. Allí están los mejores teatros y las mejores bailarinas. En España la cultura es la religión.
No regresé a Madrid sino a una ciudad obrera de mineros. Aquí no hay tanta cultura como en Rusia. Allí están los mejores teatros y las mejores bailarinas. En España la cultura es la religión.
Un día mi hijo con siete años estaba jugando con su amigo. Se les acercaron dos policías secretos y le preguntaron: ¿ dónde está el dinero?¿ dónde lo habéis escondido? Ellos contestaron que no lo sabían, que no tenía ningún dinero, entonces se los llevaron a la comisaría. De esta forma intentaban asustar a mi marido y a toda la familia, mostrando su poder. La policía siempre estuvo acosando a los repatriados, siempre buscaban algo para poder incriminarnos.
Acerca el arresto del esposo
No tiene ni idea de cuánto sufrimos. Dos o tres años después de regresar encarcelaron a mi marido en Oviedo. Después, cuando salió de la cárcel, empezó a trabajar en la fábrica metalúrgica de ENSIDESA. Cuando los trabajadores hacían huelga la policía venía la fábrica.
Los policías conocían a mi marido de la cárcel y le gritaban: ¿ qué haces aquí? Este no es tu sitio. Y mi marido les decía: es mi sitio porque quiero luchar para que mis hijos puedan estudiar, para tener comida y ropa. El primer apellido de mi marido es Ortiz de Guimera y el segundo Aranda, porque tiene procedencia de la nobleza. Por eso la policía le decía: este no es tu sitio.
El 1 de mayo aquí siempre se han hecho corridas de toros o partidos de fútbol, para que no hicieran manifestaciones y a mi marido lo arrestaban a propósito, para que no organizase huelgas.
El 1 de mayo aquí siempre se han hecho corridas de toros o partidos de fútbol, para que no hicieran manifestaciones y a mi marido lo arrestaban a propósito, para que no organizase huelgas.
Cuando encarcelaron a mi marido vinieron a detenerlo a las doce de la noche. Entonces no teníamos televisión, no había nada de eso, nos echábamos a dormir temprano. Yo estaba recogiendo en la cocina y fregando los platos. Escuché unos golpes.

— ¿ Quién es?, dije.

— Abran, policía.

¡Todo esto de noche! Fui a abrir y lo primero que me salió de la boca fue: he vivido 20 años en la Unión Soviética y nadie se atrevió a molestarme y aquí llevo dos años y no solo me molestan sino que vienen a mi casa de noche cuando todos mis hijos duermen. Y el policía me dijo "que te den una hostia". Mi marido se levantó y le dijo "recuerda que las hostias rebotan".
Buscaban propaganda y rodearon toda la casa, revolvieron todo. Las cocinas tenían fogones de carbón, ellos rebuscaron en la basura y en los armarios. Querían entrar en la habitación donde dormían mis hijos pero mi marido les dijo "os prohíbo entrar aquí, los niños están durmiendo y tenéis que respetarlos". Al día siguiente me llamaron al cuartel de la policía secreta.
El policía me preguntó: ¿ porque estás mirando los retratos de la pared? ¿Por qué no me estás mirando a mí? Yo le contesté: este retrato me gusta más que tu cara. No sé cómo no me llevaron entonces. Tenía un pin con la cara de Lenin. "¿ Quién es?" me preguntó. "Mi tío", le contesté.
El policía me preguntó: ¿ porque estás mirando los retratos de la pared? ¿Por qué no me estás mirando a mí? Yo le contesté: este retrato me gusta más que tu cara. No sé cómo no me llevaron entonces. Tenía un pin con la cara de Lenin. "¿ Quién es?" me preguntó. "Mi tío", le contesté.
Para ellos los comunistas eran peor que el demonio. Los policías locales buscaban propaganda, pero ni siquiera ellos mismos sabían lo que era el comunismo ni qué aspecto tenían las cosas. Decían que en la Unión Soviética los toros no tienen cola, que nos confeccionaban las camisas y los vestidos con cortinas viejas. Aquí la gente era terriblemente inculta. Asturias se consideraba una de las regiones con más cultura, sin contar Madrid por supuesto. Mi madre murió con 91 años, cuando yo regresé, y sabía leer y escribir, aunque sin muchos signos de puntuación. Pero en Galicia o en Andalucía eran muy analfabetos.
Acerca del fusilamiento del padre, el arresto de la madre y el encarcelamiento de la hermana en un campo de concentración
A mi padre lo mataron. Yo siempre fui "su tesoro". Mi prima contaba que él sufría muchísimo por no saber de mi vida en la Unión Soviética, les escribía a mis abuelos diciendo " no sé nada de mi pequeña" y murió sin saber nada porque no había comunicación, no nos dejaban escribir cartas.
Cuándo comenzó la guerra a mi padre lo buscaron por todo Asturias porque era secretario del partido comunista. A mi madre la encarcelaron porque no quiso decir dónde estaba mi padre. Él estaba en las montañas con su hermano y luego fueron a casa de sus padres a esconderse pero posiblemente los delataron. Llegó la Guardia Civil y ellos quisieron saltar por la ventana pero no les dio tiempo. Mi tío escuchó a mi padre decir que ya casi estaban en la habitación, a mi padre lo cogieron pero mi tío pudo escapar.
Mi hermana tenía quince o diecisiete años entonces, la apresaron y la llevaron un campo de concentración en Galicia. Los campos de concentración los hacían directamente en la playa y allí mi hermana enfermó. La dejaron libre pero ella ya estaba enferma. Murió nada más casarse. Y eso que de pequeña la que siempre enfermaba era yo y mi hermana siempre estaba sana, pero murió ella y no yo.
Mi hermana tenía quince o diecisiete años entonces, la apresaron y la llevaron un campo de concentración en Galicia. Los campos de concentración los hacían directamente en la playa y allí mi hermana enfermó. La dejaron libre pero ella ya estaba enferma. Murió nada más casarse. Y eso que de pequeña la que siempre enfermaba era yo y mi hermana siempre estaba sana, pero murió ella y no yo.
Mi padre está enterrado en una fosa común en Oviedo. Con Franco lo encarcelaron y a las tres o a las cinco de la mañana le llevaron con otros prisioneros en un camión y los fusilaron. Los agarraban por las piernas, los arrastraban varios metros y los tiraban al hoyo, sin ataúd, uno encima del otro, y los cubrían con cal. Al día siguiente echaban encima más y más personas, hasta que no cupiese nadie más.
El 1 de noviembre en España se celebra el día de los muertos. Este día todos llevan flores al cementerio. Yo le llevo flores a dos sitios: a donde lo fusilaron y a donde está su cuerpo. También voy el 14 de abril, el día de la República Española y le ponemos la bandera republicana. Allí en la pared del monumento están los nombres, los apellidos, el lugar de procedencia y la edad de todos aquellos que murieron allí. Mi padre es mi gran amor. Tenía 40 años.
El hermano de mi padre se fue a las montañas. A él y a otro los atraparon y los fusilaron, pero tu mujer y su hija siguen sin saber dónde fue enterrado. Y así pasó con muchísima gente, sus familiares no saben dónde están enterrados. En Asturias metían a personas vivas en las minas y los dejaban morir sin comida ni agua.
El hermano de mi padre se fue a las montañas. A él y a otro los atraparon y los fusilaron, pero tu mujer y su hija siguen sin saber dónde fue enterrado. Y así pasó con muchísima gente, sus familiares no saben dónde están enterrados. En Asturias metían a personas vivas en las minas y los dejaban morir sin comida ni agua.
Acerca de la vida en la Unión Soviética
Yo tenía ocho años y era bastante débil cuando vine a la Unión Soviética en el mes de noviembre. Enfermé de fiebre escarlata y después de otras enfermedades. Si me hubiera quedado aquí, en España, ya no estaría viva. Mi hermana era tres o cuatro años mayor que yo y tenía que venir conmigo pero al final dijo "no voy a ir".
En la Unión Soviética me mandaron a la casa de acogida número 1, en la estación de Pravda. En la casa de acogida hacíamos espectáculos, recitábamos historias como el cuento del nabo. Yo recité un poema sobre nosotros:
... Lloraba triste de noche

sin ver las hermosas palmeras ni el mar de Artek.

Miraba la foto en el marco negro,

de su madre el retrato cálido y familiar.

En español "mamá" decía, pero ella ya no estaba viva.

El cielo era claro, los barcos surcaban el mar,

los fascistas en el pueblo entraron y con las ametralladoras todo hicieron quemar.

Un rayo negro derribó su casa, sin madre, ¿dónde irás?

Pero el bueno de Stalin le llamó diciendo: ven y vive acá.

Un barco con bandera de rallas a niños de España nos trajo

para que viva en Artek, bajo el monte Ayu-Dag, feliz el niño moreno

Ya se acostumbró y es nuestro amigo, dejó de mirarnos como una fierecilla

Ya llora menos por su mamá y canta canciones para los niños.

Una mañana tomando el sol en la arena tumbados en los guijarros

Vino corriendo la encargada con un telegrama en la mano.

El telegrama, como blanca paloma, volverá volando .

Pedro se levantó orgulloso y moreno, de sus amigos rodeado

En sus manos tembló el telegrama, las palabras cobraron vida

Pedro grito: ¡Es mi mamá! ¡Mi madre está viva!


Le enseñé este poema a mi nieta pequeña Maite, qué murió. Cristina, mi otra nieta, recuerda otro poema infantil ruso: "Palmas, palmas, ¿donde fuiste? Con mi abuela. ¿Qué comiste? Papillas.¿ Qué bebiste? Leche."
La guerra comenzó en verano. Estábamos en la calle mirando cómo los niños jugaban al fútbol cuando oímos la radio que decía que había comenzado la guerra, fue a las cuatro de la tarde el 22 de junio.
La guerra comenzó en verano. Estábamos en la calle mirando cómo los niños jugaban al fútbol cuando oímos la radio que decía que había comenzado la guerra, fue a las cuatro de la tarde el 22 de junio.
Varios días más tarde nos mandaron en barco de vapor por el río Volga a Ukkus. En Ukkus vivían alemanes, ¡vaya huertos tenían! Había sandías y melones. Pero los mandaron a Siberia porque al parecer alguien hacía señales por las noches a los aviones alemanes. Nos trasladaron allí, pero viví poco tiempo en Ukkus porque a los niños enfermos vascos de la casa de acogida número 1 y número 5 nos mandaron a Alekseievka, también en el río Volga. Viví allí hasta el final de la guerra. Después a los niños de mi casa de acogida número 1 que estaban en Ukkus los mandaron a Bolshevo, cerca de Moscú y a mí me trasladaron a una casa de acogida nueva cerca de Solnochnogorsk. Más tarde empecé a estudiar en el Instituto de Agricultura, me casé y empecé a trabajar.
Sobre los asturianos y el carácter español
Antonio Machado decía que España es el país de los toros y la pandereta. Pero eso no es cierto, los comportamientos son muy distintos. Ahora los vascos queman autobuses y bancos, pero nosotros no tenemos de eso. Pero los vascos quieren mucho a los asturianos. En Madrid también quieren mucho a los asturianos, dicen que si vas a Asturias y quieres saber dónde está algún edificio o lugar pregúntale a un asturiano porque siempre te acompañará hasta allí. Cada provincia tiene su carácter, pero el nuestro es el mejor.
Solían decir que los españoles somos como los grajos. Ahora ya no pasa tanto, pero antes cuando se moría alguien todos vestían de luto, incluso los niños. Por eso los españoles somos como grajos. Los rusos hablan muy suave, pero los españoles hablamos como una metralleta. En nuestra fábrica trabajaban tanto rusos como españoles y cuando llegaba el director lo primero que decía cuando se dirigía a un español era: comenzaremos a hablar cuándo es tranquilicéis.
Acerca de la relación con la URSS
Vivíamos de otra manera, no había capitalistas, todo era del pueblo. Cuando los repatriados dicen algo malo sobre la URSS me enciendo mucho. ¡Traidores! Porque estas personas son unos desagradecidos. Los soviéticos hicieron todo lo que pudieron. Durante la guerra todos pasaban hambre, incluso me entraban ganas de llorar. A nosotros nos dieron comida, nos dieron educación. ¡Y algunos dicen que en la Unión Soviética se comía mal! Cuando hablan mal de la URSS los que nunca han estado allí lo primero que les pregunto es: ¿Estuviste allí? No, por eso no lo sabes, solo sabes lo que te han contado. Yo estuve allí y aquí. Si no te gustan mis ideas es asunto tuyo. Pero yo puedo decirte cómo eran cosas aquí y allá.
Es cierto que la Unión Soviética cometió errores. El primer país soviético no era algo de lo que tomar ejemplo. Lo construían y se equivocaban , eso es comprensible. Estaban rodeados de enemigos. Los Estados Unidos llegaron hasta el límite de que cuando volvimos mi marido fue interrogado por la CIA en Madrid durante una semana, querían saber en qué fábrica trabajo, qué hacía, cuántas personas había, qué fabricaban. Había traidores que lo contaban todo pero no eran muchos.
Sí, Stalin mató a muchos miles de personas. Sí, fue un gran error. Pero para mí él era estupendo, personalmente para mí. Porque querían adoptarnos y él dijo que no, que antes o después tendríamos que volver a nuestro país, donde estaban nuestros padres y no lo permitió.
Sí, Stalin mató a muchos miles de personas. Sí, fue un gran error. Pero para mí él era estupendo, personalmente para mí. Porque querían adoptarnos y él dijo que no, que antes o después tendríamos que volver a nuestro país, donde estaban nuestros padres y no lo permitió.
Entrevistas © Anna Grave
Fotos © Mikhail Platonov