Aquí en el Centro Español los viernes son los día de los hombres. Los llamamos " viernes santos". Hay periódicos, cartas. Los martes se reúnen las mujeres, pero ahora apenas se reúnen porque le resulta complicado. Nosotros, los hombres, sí que venimos. Cada viernes jugamos a las cartas y tomamos algo. Algunos más, otros menos, eso es cosa de cada uno. Luis (el director del coro en el Centro Español) y yo éramos del mismo grupo que nuestro director musical en la casa de acogida, de la misma habitación en la que había cuatro camas. Aquello fue en 1937. Quedan pocos compañeros de Odessa entre nosotros. Luis es muy bueno, lo aprecio mucho, apoya nuestra cultura, nuestras canciones, las que llevamos dentro. Es necesario, alguien tiene que hacerlo.